lunes, 10 de septiembre de 2012

A veces me pregunto...

A veces me pregunto si cada vez que me prometo algo merecería la pena gastar esa cantidad de saliva, o incluso de tiempo empleado en algo que sé que no voy a cumplir.
A veces me pregunto si vale de algo todo lo que hago por los demás o por mí mismo, cuando al fin y al cabo todo fracasa estrepitosamente a lo largo del tiempo.

Hay muchas cosas en mi vida que se han ido desmontando, personas que se han ido, personas que me apartaron, y personas que pensé que se merecían algo mejor que mi compañía en esta vida.
Hay tantas cosas que he hecho mal, otras tantas que haré peor, y siempre me preguntaré como puedo seguir sonriendo cada mañana sabiendo todo el mal que le he causado a muchas personas.

Todos, y digo todos, los que decís cosas buenas de mí por suerte no me conocéis demasiado, lo cual es algo que agradezco, pero a veces me gustaría que alguien simplemente llegara a mi vida, me conociera por completo, y luego no se marchara dejando un vacío.
Me gustaría que todo aquel al que intente ayudar le sirviese de algo, que aprendiese algo, pero la vida me ha demostrado que hay lecciones que no se pueden enseñar. Para bien o para mal.

La realidad tirana es que yo dejé de pintar algo aquí hace mucho, y que debería marcharme, y lo haré. Pero no sé donde ir todavía.

Un día desapareceré, me iré muy lejos de aquí y empezaré otra vida, ya que esta no me ha aportado más que momentos a olvidar, momentos que aunque no pueda librarme de ellos, espero remplazar en algún momento con otros nuevos. Más alegres, más felices, que no hagan daño a nadie.

Pero todavía tengo que decidir qué me llevo conmigo, el destino... hay muchas cosas para escoger. Pero mientras tanto, ¿por qué no me cuentas algo sobre ti?

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