lunes, 30 de julio de 2012

21 gramos

21 gramos. Eso es lo que dicen que pesa el alma. 21 gramos que se van con nuestra vida cuando llega nuestra hora. ¿Vida? Eso no existe, al menos no para nosotros. Nosotros solo vemos tiempo que pasa, hasta que ya es demasiado tarde para darnos cuenta de todos los días desperdiciados.

Buscamos la respuesta en el fondo de vasos y botellas el por qué nuestra vida está tan vacía, y es que en realidad no tenemos nada. Y no nos damos cuenta.

Solo nos pertenecen esos 21 gramos, que se van con nosotros adonde quiera que sea que vayamos. Aunque puede que no sean el alma, es demasiado pura como para irse con algo tan contaminado como nuestra conciencia.

No, yo creo que esos 21 gramos son 3 cosas. Valor, orgullo y estupidez. Valor que nos llevamos a la tumba porque no fuimos lo suficientemente inteligentes para utilizarlo, orgullo que nos acompañará siempre del exceso que tenemos, y la estupidez que crea la esencia de esta estupidez humana.

Triste, pero verdad. Si quieres estar vivo te lo tienes que creer, porque en realidad la vida no pone soluciones, solo trabas.

¿Qué hacer? Dirás. Simple, vivir. Agarrarte a un clavo ardiendo y sostenerte mientras intentas disfrutar de las vistas. Te vas a caer de todos modos, así que no intentes escalar. No sirve para nada.

No es triste, es realista. Puede haber momentos felices, pero al final los olvidarás, como todo.

Sigue siendo tú, esto es solo informativo. Vas a ser feliz hasta que termines con tu vida, aunque a veces no te des cuenta. Pero bueno, supongo que esto ya lo sabías, ¿verdad? Al fin y al cabo, ¿qué te puede enseñar un niñato de 17 años sobre la vida?

Bienvenido a la vida, me alegro de verte aquí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario