martes, 10 de julio de 2012

Si alguien quiere sacrificarme en la perrera, que hable ahora o...

Buenos días, buenas tardes o buenas noches, estimado lector, dependiendo del momento en el que te hayas tomado un momento en tu ajetreada vida veraniega para venir al blog de un servidor y pasar unos minutos de tu tiempo de forma agradable. En este caso el tema de esta nueva entrada es algo que fue la comidilla de mi TL de Twitter la pasada noche del 9 de Julio/esta misma madrugada.

En primer lugar decir, o más que decir agradecer las más de 20 visitas que este blog tuvo la pasada noche desde el momento de su apertura ayer. No puedo estar más satisfecho, no solo por el número de lectores, sino también por los mensajes de ánimo y cordialidad que llegaron a mi pestaña de menciones en Twitter. Gracias desde el fondo de mi oscuro y perverso corazón. :3

Claro está, y este es el tema del que vengo a hablar hoy, que cuando haces algo, sea lo que sea, hay gente a la que no le va a gustar lo que haces. Véase la famosa frase cibernauta "Hater Gonna Hate". En particular hubo un elemento, un sujeto, un varón pre-univesitario que consideró oportuno dar su opinión sobre mi trabajo.

Lo primero que tengo que decir a dicha persona es gracias, gracias por, como un lector más, haberte tomado un tiempo en leer las barbaridades que para ti yo estaba publicando. Si bien es cierto que yo también te tengo que agradecer que me hicieses pasar una de mis noches de trolleo más divertidas de mi vida cibernauta, déjame decirte querido "hatercillo" que al final de la discusión me pareciste un tanto inmaduro. No solo por el hecho de que me dijeras que lo que escribía tenía connotaciones ilegales (como ya sabéis, soy un terrorista reconocido. Sí sí sí, de verdad de la buena) sino porque no contento con no hacer una crítica constructiva sobre mi trabajo venías de tocarle el cartílago nasal a una bellísima persona, a la cuál saludo desde aquí y me referiré a ella como Damisela.

No teniendo el valor de dar argumentos en contrade lo que había escrito te empeñaste en parecer el mártir de la conversación, papel que con mucho gusto te cedí ya que a mí no me interesaba para nada. Mandar un saludo igual de especial a todos los lectores que me animasteis y en especial a un twittero, al cual me referiré como Clubbed, al hacer mi velada mucho más llevadera. Gracias.

Me gustaría daros un buen consejo a todos los que estáis haciendo algo parecido a estas líneas. Siempre, SIEMPRE, S I E M P R E va a haber alguien al que no le guste lo que hagas, lo cual es un signo inequívoco de que algo estás haciendo bien. Ya que, a mi entender, las personas están ahí, no para ser juzgadas, sino para ser queridas.

Me gustaría hacer una reflexión, si la audiencia me lo permite, y es la siguiente. Creo a mi entender que las personas son más complejas que su ideología política, sus preferencias sexuales o sus inclinaciones religiosas. He dicho. Bueno, mas bien, he ladrado. GUAU.

Y para que veáis que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos, voy a soltar una sandez más, la cual espero que con humor disfrutéis: " Jesucristo, Ghandi y Teresa de Calcuta podrían ser las personas más amables, solidarias y bellas de este mundo, pero estoy completamente seguro de que si iban con un amigo por la calle y este se caía en público se echarían a reír como todos nosotros en dicha situación, independientemente del daño que se haya hecho la otra persona".


Nada más por mi parte y espero de todo corazón que os haya gustado este entremés para vuestra velada cosmopolita. Seguiré ladrando por ustedes hasta que me falle la garganta, hasta entonces acuérdense de mí. El perro del Vecino.

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