lunes, 30 de julio de 2012

Huelgas y derechos

Ayer mismo, en uno de mis ratos de insomnio, tuve la ocasión de ver un vídeo sobre la huelga de taxistas convocada hace poco. Así que he decidido dar mi opinión al respecto.

Como muchos ya sabréis, soy partidario de que la gente luche por sus derechos, más aún si no politizan sus manifestaciones y se centran simplemente en representarse a ellos mismos, pero hay algo que me molesto de esa huelga.

Como muchos sabréis, no todos los miembros de un colectivo van a la huelga, y eso es algo que al parecer molesta y desagrada, cosa que no entiendo. Y entiendo aún menos que a los llamados "esquiroles" se les agreda tanto verbal como físicamente por seguir cumpliendo con su trabajo.

Parece ser que todavía hoy hay gente que no entiende que algunos no hacen huelga: ya sea porque no quieren problemas o porque tienen que seguir trabajando para cobrar su salario y no se pueden permitir un día libre así por las buenas. Me parece aberrante que los miembros de un mismo servicio, compañeros de trabajo, se enfrenten solo porque están en desacuerdo entre ellos. Es una absoluta locura.

La razón por la que digo que esto carece de sentido común es una que llevo utilizando para varios casos desde que tengo memoria: los mismos que en las huelgas exigen derechos y libertad son los mismos que niegan el derecho y la libertad de trabajar a sus compañeros, por el simple hecho de no estar de acuerdo con ellos.

Hablan de libertad, y ellos mismos restringen. ¿Alguien más ve el problema?

Yo creo que está bastante claro, y lo triste es que la historia se repite en cualquier tipo de manifestación o huelga. Nos enfrentamos unos contra otros cuando no debería ser así, aparte de la molestia al ciudadano que no tiene nada que ver con algunas huelgas. (Véase los clientes de dichos taxistas que no fueron a la huelga)

Digo lo de siempre, nos falta mucho por aprender. Siempre va a haber de todo en una huelga, pero no por ello debemos discriminar a la gente que no esté de acuerdo con nosotros y sigue con su vida.

Terminaré con una gran frase: "Un fanático es aquel que no quiere cambiar de opinión, pero tampoco quiere cambiar de tema".

Que pasen un buen día, hasta aquí se despide el perro del vecino.

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